sábado, 3 de mayo de 2014

ositas de corazón Y veo mi taza otra vez vacía, el espacio en mi cama pide compañía, la mañana triste quiere una sonrisa, pero el corazón, aún no sana su herida. Y aunque pasa el tiempo sin pedir permiso, florecen las rosas y se aleja el frío, muchos pajaritos vuelven a sus nidos, el bendito invierno se queda conmigo. Y se hace de noche otra vez en casa, del café amargo se llena mi alma, una lagrimita sonriendo se escapa al ver que de nuevo otra vez vacía, se queda mi taza.

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