sábado, 3 de mayo de 2014

Más de una vez me siento expulsado. Y con ganas De volver al exilio que me expulsa Y entonces me parece Que ya no pertenezco a ningún sitio A nadie. ¿Será un indicio de que nunca más Podré no ser un exiliado? ¿Qué aquí o allá o en cualquier parte Siempre habrá alguien Que vigile y piense Éste a qué viene? Y vengo sin embargo Tal vez a compartir cansancio y vértigo Desamparo y querencia También a recibir mi cuota de rencores Mi reflexiva comisión de amor. En verdad a qué vengo No lo sé con certeza Pero vengo. (Mario Benedetti)

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