jueves, 24 de abril de 2014

—¿Qué quieres? —Quiero ser como un cielo nublado de invierno. —¡Eso no tiene sentido, estoy hablando en serio! —Me preguntaste lo que quiero no me pediste que te dijera lo que quieres o lo que quieres para mí. Eso es lo que quiero, y lo que quiero no tiene que ver con lo que otros quieren o piensan. ¿Para qué me preguntas si no te interesa mi respuesta? Mejor dime qué es lo que quieres que quiera y acordamos no estar de acuerdo. No dijo nada, las personas no están acostumbradas a escuchar a personas con convicción hablar de ideas diferentes a las convencionales. No sabemos lidiar con las diferencias. Somos tolerantes mientras se mantengan dentro de un rango de lo que consideramos socialmente aceptable.”

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